Las decisiones que dieron forma a la vida de María Felipa García Pérez no se tomaron por su facilidad, sino porque fueron las correctas. Su amor por familia y por el Salvador le han dado la fuerza para tener conversaciones difíciles con su familia sobre su bautismo,  hacer una misión, y luego regresar de la misión temprano cuando su mamá se enfermó.  Cuando María conoció y se casó con su esposo “Mar” (Martin), él ya había sufrido la mitad de su vida con la artritis reumatoide. Meses después de la muerte de él, ella comparte su testimonio de las formas en que el evangelio le dio el coraje y le da la esperanza y la promesa de una familia eterna. (Click here to read the interview in English.)

¿Cómo es que conoció la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días?

En 1989 conocí y me uní a la Iglesia. Mi mamá un día lavaba y planchaba y conoció a los élderes y preguntaban si quería escuchar las lecciones. Cuando los misioneros llegaron y compartieron su primera lección, mi prima se escondió.  Mi mama despidió a los misioneros amablemente, pero me dijo que no quería otra cita. Pero yo sentí algo, y dije,” yo quiero seguir escuchando. Si tú no quieres seguir escuchando, los puedes decirlo- dudo que se ofendan.” Entonces, mi mamá tomó las charlas conmigo. Mi papá ya se había fallecido. Mi abuela paterna, que siempre había servido a la Iglesia Católica, en ese mismo año, por la edad, había caído en cama. La visitaba cada fin de semana, en cada visita pedía a mi Padre Celestial el valor para decirle. Por fin pude hacerlo, le dije, “Abuelita, me he bautizado en la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.” Ella me miró a los ojos y me dijo, “¿qué sientes?” le dije, “conozco más la trinidad de la que ustedes me han ensenado” entonces, ella me contestó, “si tu sientes que es la verdadera no te avergüences ante nadie, no te sientas mal por lo que piensen los demás.” Una semana más y ella murió.  Mi mamá se bautizó al año de mi bautismo, pero siempre tuvo temor a la familia solo cuando estaba en mi casa asistía a la capilla.

¿Cómo es que decidió hacer una misión?

Mientras asistía a las clases de Instituto llevábamos el Nuevo Testamento y me maravillaba por todo lo que Jesucristo hizo para darnos el ejemplo y enseñarnos y el poder de darnos para regresar al Padre.  Preguntaba a los élderes si podría salir a una misión, pero tuve que esperar un año. Por fin llegó mi llamamiento, salí a la misión México Norte.

María en la misión

¿Fue difícil para su familia y sus amigos?

¡Una maestra compañera de trabajo me dijo que armaría un complot para que no fuera a la misión!  Pero solo fue porque me valoraron como compañera. Le contesté que con complot o sin él, me iría y ella me hizo una cena de despedida. Fui a Pihuamo, Jalisco a despedirme de mis abuelos maternos. Me sentí en medio de los dos. Les dije que por un año y medio estaría sirviéndole al Señor. Mi abuelo materno, Papa Toño, se levantó y salió del cuarto. Mi mamá María, mi abuela materna, me abrazó y me despedí de ella. Con ellos estuve en su casa de los 5 años hasta terminar la primaria.

 ¿Cómo encontró usted la fuerza para tener estas conversaciones difíciles con sus seres amados?

En mi Salvador porque él lo dio todo por mí, pagó por mis pecados e hizo posible que pueda regresar al padre y por amor a mis abuelitos que se hicieron cargo de nosotros cuando mi papá falleció.  Estando en la misión, uno de mis primos me escribió y me dijo, “no sé si tu misión sea más importante que to mamá, pues ella se encuentra enferma.” Entonces, lo consulté con mi presidente de misión, él me dijo “lo que usted sienta, Hermana García.” Entonces, pedí a mi Padre Celestial y tomé la decisión de terminar mi misión.  Regresé y mi mama se alivió.

Y, ¿después de regresar?

Empecé otra vez a trabajar en la escuela, y mi abuelita materna se bautizó cuando regresé de la misión. En el distrito, nos estuvimos preparando en un coro para la conferencia y en esos ensayos conocí a Mar. Él era el que limpiaba las capillas del Distrito. Lo veía y lo admiraba. Él tenía Artritis Reumatoide Deformativo y caminaba con dificultad. Veía cómo se esforzaba para hacer el aseo de las capillas. Él a su vez veía que en cuanto terminaba el ensayo salía rápidamente a tomar la ruta. En una de esas me siguió hasta donde tomaba la ruta y preguntó a donde iba y como tenía que tomar la ruta y el camión de Coquimatlán tenía que estar antes de las 10:30, que era el último.  En ocasiones tenía el viaje hacía hasta una hora por la espera del camión y la ruta.

Después de la conferencia no nos volvimos a ver, porque yo asistía a una casa de oración.  Luego, tuvieron que cerrar la casa de oración porque los dueños la vendieron.  Pasamos a la capilla de Magisterial que es donde él asistía.  Cuando se dio cuenta, terminaban sus servicios y se quedaba a los míos. Servía como Pta de la Primaria de mi rama, teníamos a los niños en el salón bautismal. Él se puso tapando la puerta por donde iba a salir y me invitó a mi primera cita con él.

María y Mar en el día de su matrimonio civil

Nos casamos el 17 de marzo de 1993 por el civil, esa noche salimos a México para sellarnos en el templo de México el 19 de marzo de 1993. En abril nos dimos cuenta que el primer hijo ya venía en camino. Mar tenía que ir a México pues iba a ser operado en una rodilla para ponerle prótesis en julio. Él estaba internado y ahí leyendo las escrituras escogimos su nombre de Irad Lehi. En diciembre de ese mismo año le operaron la otra rodilla estando Irad de días.  El cuarto donde Mar estaba internado daba a la ventana. Entonces subían su cama de tal manera que uno de sus hermanos tomó a Irad en brazos, subiéndolo y él desde el piso pudo verlo de lejos.

María y Mar en el día de su sellamiento en el templo

¿Usted trabajaba otra vez en las escuelas, o todavía no?

Sí porque solicité permiso sin goce de sueldo por medio año y dejé firmado por un año. El presidente de distrito era licenciado y el renovó mi permiso por medio del sindicato. Mi mamá cuidó a mis niños y mis abuelos.  Nuestra 2ª hija vino en 1995. Soporté los dolores lo más que pude pues esperaba a mi esposo para que me acompañara, así que no pudiendo más llamé al taxi y estándome subiendo él llego.  Subió y nos fuimos al ISSSTE [hospital]. Me pasaron al quirófano y a la doctora, ni alcanzó ponerse los guantes.

¿No le dio miedo tener más hijos después de unos partos tan dramáticos?

Pahoran y Job no los esperábamos, pero cuando nos dimos cuenta de su existencia mi esposo y yo lo consideramos como una bendición y así es.  Paho sirvió en una misión de tiempo completo y el Señor le sigue bendiciendo y Job para nosotros cuando su papá ya no pudo manejar él nos trasladaba a las citas de mi esposo. El dejó su último cuatrimestre de la preparatoria para apoyarnos. Sé que el Señor pone los medios. Así como dice Nefi: sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles la vía para que cumplan lo que les he mandado (1 Nefi 3:7).

En la boda de Irad, el hijo de María

¿Y cómo es que su hermano Quiqui llegó a vivir con ustedes?

Cuando Job nació mi mamá estaba enferma. El nació en enero y mi mamá falleció en julio del 2001. Desde entonces Quiqui está con nosotros y también ha sido una bendición en nuestras vidas. Fue una compañía para mi esposo tanto en la capilla como en casa. Ellos preparaban comida y llevaban a mis hijos a la escuela. Cuando Job se tenga que ir, ya sea por estudio o lo que Dios tenga preparado para él, Quiqui será mi compañero.

María con su familia

Creo que para muchas de nosotras, es dificil enfrentarnos con ‘las cosas dificiles,’ y hacerlas. Me parece que usted ha tomado una y otra vez la decision de enfrentarse con ‘las cosas dificiles’ en vez de tomar un camino más cómodo o sencillo. Ha luchado para mantener la positividad aun cuando se murió su esposo.

El me enseñó valor y amor por la familia. Platicaba de sus anécdotas con cada uno de sus hermanos y sus padres y siempre les hablaba con cariño.  ¡Fue el mejor padre! Siempre estuvo en sus eventos y juntos para la capilla.  Siempre fue de buen ánimo pese a su enfermedad.  Le dio la enfermedad a la edad de 12 años.  Para él era su compañera y buscaba la manera de ser autosuficiente y no depender de nosotros.  Mi hermano siempre le apoyó para hacer las cosas como preparar alimentos cuando yo no estaba.  Este año, cuando Mar ya no se pudo levantar y comer por él mismo, nos dijo que iba a necesitar nuestra ayuda a mi hijo menor y a mí.  Pues así manejó hasta en mayo de este año, y dejó de hacerlo.

María con su familia

Cada vez resulta más fácil por las herramientas que nos proporciona la iglesia.  En el momento hay temor porque pensamos que es difícil. Pero el Señor nos conoce y sabe qué podemos soportar.  Puedo decir que mi Dios siempre ha estado conmigo y me ha puesto los medios para salir adelante. Ahora con la partida de mi esposo, solo espero servirle para que mi tiempo no se me haga tan largo para reunirme con él y esperar ser juzgada.

En la iglesia, ayudo a las personas mayores en su búsqueda de sus antepasados. Mi gozo es cuando encontramos documentos de una persona y la hermana empieza a platicar la historia de esa persona.  Se siente el amor de ella por su ser querido fallecido y el conocimiento de familiares que no conoció pero que forma parte de sus seres queridos.  Me he beneficiado el saber que Dios ama a todos sus hijos no importa en qué época hallan nacido. Su deseo es que todos regresemos unidos con él y gocemos de lo que él tiene para nosotros.

Unos últimos momentos de Mar con su familia.

At A Glance


Nombre:
María Felipa García Pérez

Edad:
57 años

Ubicación:
Coquimatlan, Colima, México

Historia matrimonial:
Viuda

Hijos:
Irad Legislación Béjar García, 25 años, administrativo en una escuela secundaria. Noemí Yoliztly Béjar García, 24 años, Empleada, Pahoran Josué Béjar García, 23 años, estudiante y bibliotecario, Job Mahonri Béjar García, 18 años, estudiante

Conversa a la Iglesia:
Conocí la iglesia el 18 de junio 1989

Escuelas asistidas:
Estudié la primaria en Pihuamo, Jalisco en la Escuela Dr. Atl. La Secundaria en una escuela nocturna en Colima, termine mis estudios en la academia Profr. Jorge Castell, Colima México,

Lengua en casa:
Español

Himno favorite:
41 Grande eres tú

Entrevista producida por Jenny Willmore